Emakunde y ciudadanía de las mujeres

Abr 9, 2014

Emakunde y ciudadanía de las mujeres

Empezando la semana con fuerza con Emakunde: “La ciudadanía de las mujeres: derechos, participación y políticas públicas”. En una jornada organizada por Emakunde, tuvimos la oportunidad de escuchar a dos mujeres: Amelia Valcárcel y Marina Subirats.

Amelia Valcárcel es Catedrática de filosofía moral y política de la UNED y miembro del Consejo de Estado. Marina Subirats es Catedrática de sociología de la UAB, exdirectora del Instituto de la Mujer y Coordinadora estatal y europea en la Conferencia Internacional de Pekín, y cuenta con gran reconocimiento en el movimiento feminista.

Los discursos de ambas ponentes coincidieron en un mensaje claro: en momentos difíciles, los derechos de las mujeres retroceden. Y esta crisis es uno de esos momentos. Puede parecer un discurso manido e incluso superado por estos tiempos modernos de innovación y cambio, pero la lucha por nuestros derechos se hace ahora necesaria y justa, ya que está visto que en derechos e igualdad tan pronto se avanza como se puede retroceder.

Justa con las mujeres y hombres que lucharon desde tiempos de la ilustración por conquistar estos derechos. Justa con nuestras hijas para que no recuperen los modelos tradicionales en los que las mujeres se centran en ayudar a los demás en vez de buscar su propio espacio de desarrollo personal. Es precisamente el miedo a ese cambio, el que mueve a la sociedad a recuperar valores tradicionales, a la búsqueda de refugio en nuestros antiguos modelos mentales, no superados. Algunos ejemplos que destacaron las ponentes:

  • Las mujeres contempladas “como meras paridoras” en la modificación sobre la ley del Aborto impulsada por el PP, sin la reflexión profunda que requiere cualquier maternidad o paternidad.
  • La segregación en las escuelas, impulsada por la Iglesia y amparada por el gobierno español, subvencionando escuelas privadas que defienden esa segregación.
  • La creciente debilidad de las instituciones que defienden los derechos de las mujeres ahogadas por dotaciones presupuestarias insuficientes. Un ejemplo: El Instituto de la Mujer.
  • La publicidad, la moda, que animan a las adolescentes a recuperar su feminidad, les imponen unos modelos y pierden la opción de elegir. Un ejemplo: mujeres con tacones imposibles.
  • El descenso del uso del preservativo entre las jóvenes porque permiten, cada vez más, que sea su pareja masculina quien decida…

Como resaltó Marina Subirats, los derechos no son para siempre. Son algo que hay que ganar día a día en una pugna en el seno de la democracia. Y, hasta aquí, lo recogido en las ponencias del lunes. ¡Son tiempos de resistir! Si cada una de nosotras fuera consciente de sus derechos y los hiciera valer en su entorno más próximo, organizaríamos una verdadera revolución.

Una revolución pacífica, iniciada como ciudadanas en un país democrático. ¿No os parece una inspiradora manera de concluir su discurso en la jornada de Emakunde?

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