Qué es el elevator pitch

Jun 5, 2016

Qué es el elevator pitch

Érase una vez un post sobre cómo elaborar un efectivo elevator pitch. La escritora sintió cierto vértigo al recibir el encargo, porque se trataba de un tema ampliamente tratado. Pero súbitamente se entusiasmó con la idea al venirle a la cabeza una frase que acababa de leer en Facebook: "cuando hablamos parecemos más el diccionario de Espasa que el cuento de Aladino". El arte de contar un cuento. ¡Eso es! Érase una vez… Porque si consigues conectar con la niña que llevamos dentro, nadie se olvidará de ti. Estamos saturadas de información. Necesitamos historias. Necesitamos heroínas.

¿Y quién mejor que tú para protagonizar tu propia historia? Una gran historia sobre tu emprendizaje. Tiene todos los ingredientes para enganchar a la audiencia:

  • La llamada a la aventura, el momento crucial que marca el inicio de tu vida empresarial: "hace 3 años decidí", "en ese momento lo vi claro", "fue entonces cuando me embarqué en"…
  • Emociones, pasión, ilusión, corazonada, temor, prudencia, valentía, coraje, determinación: "sentí que podía ayudar", "me encanta acompañar a mis clientes", "estoy feliz por los proyectos que he creado"…
  • Un reto, una misión, una visión, un problema a solucionar…
  • El viaje de la heroína: obstáculos, oportunidades, amenazas…
  • Final feliz, casos de éxito, logros: "durante este tiempo hemos conseguido", "en el último proyecto abordamos el reto de…", "mi cliente pudo gracias a nuestra colaboración conseguir", "mis clientes destacan mi aportación a…"

¿Casos de éxito? Sí, éxito. Porque nada atrae más que historias felices, que terminan bien. Y si no terminan bien, es que no es el final, como la cantinela vital del joven dueño del Hotel Marigold: "al final todo acaba bien y si no acaba bien es que aún no es el final". Así que antes de iniciar la presentación de tu negocio, primero prueba a contarte bien tu propia historia. Tú eres tu principal clientela. ¿Te gusta lo que escuchas? ¿Te reconoces como una protagonista fuerte, vital, ilusionada, enérgica, vital y decidida? ¿No del todo? Vuelve a intentarlo. Respira, sé amable contigo misma, sé justa con tus logros. En positivo. Así que sonríe ante el espejo. Piensa: me gusta la mujer que veo, sabe lo que hace, ofrece un buen servicio, su clientela tiene suerte con ella, y se expresa de manera convencida y clara.

En EmakumeEkin nos preguntamos a menudo por qué a las mujeres principalmente nos cuesta tanto hablar de nuestra empresa y llamarnos a nosotras mismas empresarias. Sabemos que eso es debido a factores psicosociales y a ciertos estereotipos que nos inhiben y condicionan. Por ello, en EmakumeEkin organizamos formación específica y facilitamos encuentros para favorecer las redes de profesionales y empresarias. Son en estos encuentros donde podemos practicar nuestro elevator pitch. Si nos gusta escuchar historias de éxito y finales felices, aún nos gusta más escucharlas de boca de la protagonista, la heroína, personas confiadas y positivas.

Y como tal, siéntete la protagonista y la heroína de tu propia historia. Olvidémonos de los villanos, brujas y ladrones en nuestra historia. De sacar las sombras, que sean las del potencial cliente, porque nosotras somos el foco que dará luz a las tinieblas de la clientela. Solucionamos sus problemas. Somos su hada madrina.

Cómo mejorar tu elevator pitch con el magnetic pitch

¿Cuándo fue la última vez que alguien te preguntó "qué haces"? Yo misma continúo sin tener la fórmula mágica para saber responder de forma eficaz. Y la de veces que he escrito mi "elevator pitch" y he acompañado a emprendedoras a escribirlo. Sigo sintiéndome torpe, poco clara, y desde luego, nada magnética. Incluso me atrevo a dar consejos de cómo elaborar un buen elevator pitch, en este mismo blog, por ejemplo.

Pero ha aparecido en mi vida este nuevo término: magnetic pitch. He encontrado esta nueva fórmula de llamar a la presentación breve que en nuestro entorno viene a denominarse "conversación de ascensor o elevator pitch". ¿Por qué se le denomina así? Yo creo que por tres causas.

  • Por la brevedad misma del trayecto de subir o bajar en el ascensor.
  • Por la propia incomodidad que genera en la persona interpelada: ¿y tú qué haces?
  • Por la propia naturaleza de la pregunta que suele ser formulada por puro compromiso, por cortesía o para llenar ese incómodo silencio que se genera en un espacio tan reducido.

En mi caso, como coach, me resulta difícil definir mi profesión porque, ¿cómo explicar a alguien a qué sabe una manzana o a qué huelen las nubes? Mi profesión es mágica y hay que vivirla. Es mágica porque ayuda a cambiar la perspectiva de las personas, ayudándolas a crear nuevas realidades y potenciar sus recursos para emplearlos en sus sueños. Mira, pues ahora que lo pienso, esto podría ser un buen elevator pitch.

Mi profesión es mágica y hay que vivirla. Es mágica porque ayuda a cambiar la perspectiva de las personas, ayudándolas a generar nuevas realidades y potenciar sus recursos para utilizarlos en sus sueños. Pero sigue siendo una fórmula etérea, ¿no os parece? Con lo cual, vuelvo a desecharla y sigo pensando en las fórmulas del elevator pitch: añado algún caso de éxito, pero me parece pretencioso, o sea que vuelvo a desecharlo. Y ante esa encrucijada, me sigue pareciendo que mi presencia, mi seguridad, mi sonrisa y mi esencia, o sea yo, sigue siendo la mejor tarjeta de presentación. Por lo que, más allá de las palabras, sigo trabajando mi yo interior. Para que salga lo que salga de mí suene sincero, coherente y fuerte. Porque nuestro producto somos nosotras, seamos coach, arquitectas, abogadas, diseñadoras o en definitiva, emprendedoras. Si no generamos confianza o magnetismo, no hay palabras que sustenten nuestro discurso.

Por eso me ha gustado este término que utiliza la ICF (International Coach Federation) por la cual he acreditado mi formación y por la cual estoy en el proceso de acreditación internacional. ¿Y en qué consiste esa acreditación? En que además de conocer el proceso, los métodos y las técnicas propias del coaching, seas consciente de tu ser en las sesiones y respecto a la relación que mantienes con tu clientela. ¿Y sabes lo que más ayuda a la clientela en muchas ocasiones? No lo que le dices, no lo que le preguntas, no lo que le cuestionas, no lo que descubre. Tu propia presencia, cercanía, confianza en sus posibilidades, con escucha e interés genuino y sin juicio. Es esa energía transformadora la que le proporciona el impulso necesario para afrontar su objetivo, descubrir sus barreras y sus fortalezas.

Con esa misma actitud, emprendedora, empresaria o directiva (término con el que te sientas más a gusto), estoy convencida de que convertirás tu elevator pitch en un magnetic pitch. Porque surge desde el yo genuino, auténtico, y eso es lo que engancha a las personas. Y mientras tanto, puedes probar a reescribir tu magnetic pitch utilizando esta fórmula de 3 pasos:

  • Presenta lo que resuelves: ¿sabes esa sensación de sentirte en blanco o empezar a titubear cuando te preguntan a ver a qué te dedicas? Piensas, ¡horror, es una oportunidad de venta!
  • Engancha con la tipología de clientela a la que ayudas: ayudo sobre todo a emprendedoras (como tú) a identificar su público objetivo y los retos principales que estas personas tienen.
  • Finaliza con los resultados que se obtiene con tu servicio o producto: de esta manera, nunca más se sienten en blanco o titubean cuando presentan lo que hacen, al haber trabajado un discurso con el que se sienten seguras, integrando su esencia con el negocio. Así atraen mejor a su clientela potencial.

Es una idea al hilo de lo que estoy contando. No lo tomes al pie de la letra. Puedes realizar tantos magnetic pitch como retos y tipo de clientela identifiques. Podrás utilizarlo en función del tipo de evento, networking y personas con las que vayas a hablar, adaptando tu discurso a sus necesidades.

Autora: Amaia Agirre Pinedo

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