A estas alturas no vamos a disimular, conseguir dinero siempre es un dolor de cabeza. Pero, además, suele ser una necesidad fundamental en los comienzos. Aunque las cosas no son tan fáciles como en los anuncios de la tele, puede que tengamos más posibilidades de las que a priori vemos. ¡Descubre 4 alternativas para financiar tu empresa!
Financiación tradicional (FFF)
La primera opción para financiarnos suele ser la tradicional FFF, ya sabes, friends, family and fools. No es para descartarla. Un porcentaje muy elevado de proyectos se financian, al menos en sus primeras etapas, de este modo. Salvo que estés en un nivel socioeconómico muy alto, no suelen ser fuente de grandes sumas, pero es una opción para tener en cuenta. En este caso, el perfil inversor suele pasar por alto el riesgo de la inversión o la rentabilidad del proyecto. Sus motivaciones suelen ser más de índole emocional y menos de índole económica.
Crowdfounding
Una opción derivada de la primera, se trata del crowdfounding, plataformas que suelen utilizar internet y favorecen la financiación colectiva de proyectos. Hay varias modalidades de crowdfounding, a modo de ejemplo, destacamos las siguientes:
- Proyectos en los que se realiza una donación sin recibir nada a cambio y en los que prima la motivación emocional de quién financia. Son los empleados habitualmente por las ONG.
- Proyectos en los que se recibe un producto o servicio a cambio del dinero aportado. En este caso, quienes financian se conocen como micromecenas y aunque reciben una contraprestación, su motivación es también fundamentalmente emocional. Desean que el proyecto salga adelante y aportan su granito de arena (en algunos casos medio desierto).
- Proyectos en los que está presente la figura del agente, que analiza y valora el riesgo. Las personas que invierten asumen ese riesgo a cambio de un tipo de interés. Aquí encontraremos personas inversionistas que deciden, en función de la rentabilidad que esperan obtener, pero que también gustan de asumir cierto riesgo e involucrarse en la decisión de en qué proyectos invertir su dinero.
Entidades bancarias
Copada fundamentalmente por bancos, la gestión está muy profesionalizada y con el peso puesto en evitar los riesgos. Cuando acudimos a estas fuentes para financiar nuestra empresa, el proyecto deja de tener peso, mientras que aumenta la importancia del riesgo que están dispuestas a asumir las entidades. Los bancos no analizan el riesgo de los proyectos, sino el riesgo de las empresas y/o personas que los presentan.
Por esto, es muy importante que, a la hora de solicitar financiación, seamos capaces de presentar una imagen de solvencia contrastada por datos. Necesitamos saber el valor que, en términos de riesgo, suponemos para las entidades para tener algún poder de negociación.
Dentro de esta tercera alternativa, existen entidades como las Sociedades de Garantías Recíprocas (SGR), que pueden aportar garantías adicionales a algunos proyectos. También hay entidades que, con el fin de fomentar otros modelos económicos, agrupan empresas y prestan servicios financieros. En estas entidades se presta mucha atención al riesgo, pero también al componente ético de los proyectos. Además, pueden encontrarse alternativas interesantes como los avales mancomunados, por ejemplo.
Capital riesgo o Business Angels
Encontraremos inversionistas que priman la obtención de la rentabilidad y pueden, a cambio, asumir riesgos en los proyectos. El capital riesgo invierte en el capital de las empresas y puede hacerlo bajo varias modalidades: capital, préstamo participativo… Habitualmente, invierten en el capital con un pacto de recompra y una participación en los beneficios. Su intención no es permanecer indefinidamente en las empresas, sino obtener un beneficio en un plazo determinado. Puede suceder que aporten la financiación y no interfieran en la gestión, pero también hay casos (Business Angels), en los que aportan además su conocimiento y consejo en la gestión.
Si necesitas financiar tu empresa, investiga todas las alternativas posibles, asesórate si lo necesitas y sobre todo no te rindas.
Autora: Marian Eguskiza