Las mujeres emprendedoras generan menos redes de contacto que sus compañeros emprendedores. Esto lejos de sumar, resta. Y, a propósito de esta reflexión, voy a aprovechar este post para resumir el libro de Pino Bethencourt Gallagher: El éxito en seis cafés.
En este libro se dibuja el mapa para que nuestro negocio se encamine hacia el éxito. El éxito depende, en gran medida, de nuestra red de contactos. Y las redes son dinámicas, no estáticas. Como en nuestro cerebro, las neuronas no piensan. Una neurona sola es la cosa más inútil que existe. Es la interconexión neuronal lo que hace de las personas seres maravillosos y extraordinarios, seres pensantes. Lo mismo sucede con nuestro negocio: brilla y crece en la medida que crece y brilla nuestra red. El libro anima a buscar un perfil coach de redes de inmediato. Os animo a leer este post, y si podéis, a leer este libro en el que se recogen ejercicios prácticos para ayudarnos a mejorar nuestras interrelaciones. ¿De qué habla este libro? Del método potencia para mejorar tu red de contactos.
8 parámetros para analizar la potencia de tus contactos
Profundidad: mide lo profundo y fuertes que son los vínculos, en función de la confianza y cercanía. Haz una lista de nombres con los que mantienes un vínculo profesional. Asígnales una puntuación del 0 al 3. ¿Cuál es la proporción de los contactos de máxima profundidad? ¿Y la de mínima profundidad? ¿Podemos mejorar la confianza y la cercanía con nuestros contactos?
Objetivos: formula un objetivo para este mes de diciembre que mejore algún aspecto de tu empresa. Vuelve a la lista confeccionada en el primer parámetro. Asigna puntuaciones del 1 al 3, en función de la posibilidad de cada uno de ellos en poder ayudarte. Si el contacto no tiene nada que ver con el objetivo y no puede aportarte nada, asígnale un cero. La capacidad de cada vínculo para contribuir a tu objetivo, dependerá de los conocimientos, experiencia y contactos que tenga en relación con tu objetivo.
Transacción: mide la frecuencia de interacción (número de llamadas, correos, mensajes, cafés, encuentros…) que mantienes con cada uno de tus vínculos. Mide, así mismo, lo valiosos que son dichos intercambios. Si en esta transacción te salen valores negativos, ¡no te cortes! Márcalo con rojo. Bien para aprender y corregir, bien para descartar a ese vínculo para siempre. Antes de hacerlo, asegúrate de que no te cargas a los contactos que esa persona tiene. Recuerda que esto es una red. Practica la benevolencia, la generosidad y la comprensión, si no compasión, y saldrás ganando.
Extensión: se refiere a la mezcla de personas que componen tu red. No es el tamaño de la red la que determina su valor. Es su calidad y la diversidad entre sus integrantes. En función de la variedad de tus contactos, así será su capacidad para ayudarte con tus objetivos, que suelen ser de diferente naturaleza. Para valorar la diversidad o extensión de tu red, prueba a identificar la edad de tus vínculos, nacionalidad y sector de actividad, por ejemplo. Prueba con otras características.
Naturaleza: la confianza con tus vínculos puede ser de dos tipos: cognitiva y afectiva. La confianza cognitiva es la que establecemos en función de la tarea; la afectiva se basa en la afinidad e identificación con la otra persona. ¿Cómo es la naturaleza de tus relaciones? ¿Cuál prima? ¿Y cuál es la que tus contactos establecen?
Crédito: se refiere a la ley de reciprocidad o al principio de igualdad entre lo que se da y se recibe. Realiza una valoración de tus contactos como si fuera una cuenta bancaria. Si has ayudado y ofrecido más valor a tu contacto del que te ha devuelto, esta cuenta tiene crédito disponible para gastar. Pudiera suceder al revés. En este caso, piensa cómo compensar o agradecer los favores recibidos. Cuida tus contactos. Ayúdalos, con autenticidad. Pero cuida la reciprocidad, en las dos direcciones.
Intermediación: dónde te sitúas en tu red de contactos. En qué medida haces de puente entre las diferentes redes de tus contactos. Una red de intermediación aporta ventajas, ya que recibes información desde muchos lugares, permitiéndote aprender e innovar constantemente. Es como sentarse en mitad de una larga mesa con muchas personas. Puedes hablar con todos sin dificultad, y elegir en qué conversación participar. ¿Desventajas? Puede que te pases toda la comida pasando la sal y el aceite de una punta a la otra de la mesa.
Apertura: mide el número de contactos nuevos que entran en tu red como media. Esto resulta crítico para garantizar que tu red evolucione. Una red con mucha apertura puede proporcionarte nuevas oportunidades para tu empresa. Asegúrate de que entran contactos nuevos con regularidad, y en ir nutriéndolos para que puedan llegar a niveles de confianza e intimidad.
Esta herramienta es típica de profesionales del coach, y permite priorizar la información sobre la calidad de tus contactos. Conviértete en tu propio coach. Reflexiona sobre el nivel de satisfacción de tus vínculos y el nivel de importancia. Analiza el resultado de cada uno de los parámetros. Elige uno de ellos. Establece un objetivo de mejora y un plan de acción.
Lo más importante, en cualquier caso, es la autenticidad en tus relaciones y una actitud positiva. Las redes no son tontas. Seguro que quieren que formes parte de ellas. Sin ti no son nada. Todas las personas contamos y aportamos.
Autora: Amaia Agirre Pinedo