El propio instinto de supervivencia de las personas nos lleva a que, en situaciones adversas, reaccionemos y busquemos soluciones y/u otras posibles opciones. Llama la atención que nos tengamos que ver en una situación límite para obtener mejores resultados y logros. No es osado decir que de un desatino suele surgir una oportunidad, así que emprender en tiempos de crisis no es una locura.
¿Conocéis al Conejo Oswald? Creo que el porcentaje de afirmaciones no es muy elevado. Reformulemos la pregunta ¿Has oído hablar de Disney? Si claro, quien no conoce a Disney… Pero hay más, y esta también es parte de la historia de Disney:
El dibujante Walt Disney tuvo que aguantar todos los obstáculos que le impuso su padre para cumplir su sueño de hacer un personaje de dibujos animados: El conejo Oswald. Sin embargo, la compañía para quien realizó el trabajo le robó la idea, y utilizó el personaje para su propio provecho. Disney perdió ante un gran gigante, y estuvo a punto de retirarse del juego. ¿Qué podía hacer él ante las grandes compañías distribuidoras de cine? Luego de un tiempo reflexionó y, animado por su entorno, decidió crear una pequeña compañía para hacer un dibujo animado sobre un personaje navegando por una balsa río abajo. Sin los derechos de autor sobre Oswald, Disney tuvo que crear otro personaje, al cual llamó el ratón Mickey. El resto es historia conocida.
Imaginaros como habría cambiado la historia de nuestra infancia si Disney no hubiera continuado en su empeño. Él contó con la ayuda y apoyo de la gente que le rodeaba, pero, ¿es esto suficiente en la actualidad? Intentarlo de forma individual contra la incertidumbre, contra factores objetivos que juegan en contra (como la falta de crédito) puede llevarnos a encerrar en el cajón pequeños y grandes proyectos que son una de las vías de reactivación de la economía.
Es cierto que estamos en un momento de gran dificultad para hacer cualquier cosa. Pero también es verdad que los tiempos de crisis son los mejores para emprender. Cuantos más problemas tenemos, más oportunidades de negocio, y el emprendimiento nos lleva a ver oportunidades donde el resto de la gente ve problemas. Muchas de las mejores empresas han surgido en periodos de crisis, cuando no nos queda más opción que reinventarnos, a probar cosas nuevas, a innovar, generando nuevos negocios para aportar soluciones. Hay mucho conocimiento y mucha creatividad ahí fuera, busquemos servicios sin cubrir, nuevas opciones, distintas formas de hacer las cosas... Explotemos nuestra imaginación, que sí la tenemos, no lo dudes.
El emprendimiento ha de ser algo transversal en la vida, pero para ello, es necesario dotarle de los apoyos reales que necesita. Orientemos los esfuerzos en acompañar al espíritu emprendedor no solo en los momentos previos de germinación de la idea. Trabajemos de abajo arriba. Generemos la necesidad, la confianza de que se puede hacer; demos cobertura para que luego, de manera natural, derive en una nueva empresa o en un nuevo comercio.
Miremos más allá, la necesidad del emprendimiento no finaliza cuando “levanto persiana” sino todo lo contrario. Es cuando me pongo en marcha cuando surgen más dudas y más incertidumbres. "Caminante no hay camino, se hace camino al andar" como dijo el gran Machado.
Es cuando comenzamos cuando descubrimos que con nuestra idea no siempre es suficiente. Una empresa, un comercio requiere mucho más que una idea brillante. Aquí es donde podemos, debemos, apoyar al futuro, al emprendimiento. Podemos, y debemos, proporcionar los manguitos para saltar a la piscina, enseñarles a nadar y cuando sean capaces de llegar a la otra orilla, dejarles nadar solas. Gestionemos el conocimiento Senior porque tiene mucho que aportar.
Empezar es relativamente sencillo. El reto es consolidarse y perdurar. Tenemos talento, en nuestra mano está decidir que hacer con él. Yo lo tengo claro, ¿y tú?
Autora: Mari Carmen Garrido
Puedes conocer más de la historia de Disney consultando las fuentes de información utilizadas para escribir este post. Un artículo publicado en BBC y la Wikipedia.