Rakel Sánchez-Mas

Feb 28, 2023

Rakel Sánchez-Mas

Entrevista a Rakel Sánchez-Mas de Baunamen.

Cuéntanos brevemente a qué se dedica tu empresa. ¿Qué te motivó a dar el paso?

Me dedico a la creación de nombres de marca para productos, servicios, empresas..., esto es, a la disciplina llamada naming.

Tras casi veinte años como diseñadora gráfica estaba muy saturada de la precariedad e intrusismo en el sector. Además había perdido ilusión y energía para competir con colegas más jóvenes, que se adaptan mejor que una a unos tiempos de vértigo. Así que me impuse un proceso de reflexión y reinvención, de averiguar qué me diferenciaba o podía ofrecer yo como creativa cerca ya de mis cincuenta. Creaba muy a menudo nombres para mis clientes de gráfico, me encantaba y se me daba bien, pero intuía que había mucho más detrás y empecé a investigar sobre cómo especializarme. Me formé durante varios años con todos los recursos disponibles en la red y leyendo muchísimo sobre el tema (Ley de Marcas española y jurisprudencia incluidas) no solo sobre su parte creativa.

¿Qué personas te sirvieron de referente para dar el paso?

Fernando Beltrán, Ignasi Fontvila y Xavier Grau, pioneros del naming en España. Todos ellos llevan como 30 años en la disciplina y son la autoridad del oficio en este país.

Beltrán (padre de nombres como Amena, Rastreator, La Casa Encendida…) tuvo el arrojo de abandonar un puestazo en Contrapunto, agencia de publicidad top en los 80, para dedicarse solo a nombrar. Se ha reinventado mil veces, tuvo oficios de lo más variopinto, pero su deseo era firme. En eso de las continuas reinvenciones me identifico con él. Me gustaría llegar a, como él dice y hace, “comer del naming y vivir de la poesía” (de la música en mi caso).

De Ignasi Fontvila (Bisolfren, el Arosa de SEAT, Junts Per Cat, Iryo…) aprendí la metodología profesional y a priorizar la parte más farragosa y delicada del oficio: la legal. Es en ella donde se caen muchísimos proyectos de naming; generar nombres es tarea perfectamente abordable por cualquier persona creativa, pero si se desconocen los entresijos y exigencias de la cuestión registral se corre un riesgo altísimo de fracaso. Porque a fin de cuentas, la misión primordial de una profesional en naming es hallar un nombre registrable, amén de acorde con la estrategia, posicionamiento y valores o evocaciones deseadas del producto o servicio, evidentemente. En España se solicitan más de 50.000 marcas al año y aun así, emprendedor y empresario siguen creyendo que en una tarde con el amigo ingenioso o en un brainstorming interno pueden solventar el tema.

La marca es el principal activo de un negocio y mucha gente no acaba de entender esto. Ven la contratación de una profesional como un “gasto" inasumible, cuando en realidad es una “inversión" en la seguridad de que su proyecto no se malogre. Empieza a ser popular el término branding en el público general, pero el naming, que es la piedra angular y fundacional de aquel, sigue siendo el gran desconocido.

¿Nos cuentas un obstáculo y una oportunidad que hayas superado en este proceso?

Ofertar un servicio del que no hay demanda porque se desconoce su existencia, a pesar de la importancia capital que tiene, es un obstáculo enorme. Sigo explicando en qué consiste y que es una disciplina/profesión por derecho propio continuamente. Y la gente lo recibe con una mezcla de incredulidad, curiosidad y simpatía, de lo cual me alegro. Pero aún queda mucha pedagogía por hacer, sorprendentemente también entre profesionales del diseño, marketing o comunicación que lo conocen (e incluso ofrecen entre sus servicios) pero no en toda su dimensión y alcance: vuelvo a referirme a los aspectos legales.

Y la oportunidad viene de la mano de cada persona que confía en mí para un proyecto, pero es doble y más gratificante cuando me la ha dado un referente del sector.

¿Qué nos puedes contar de tus próximos proyectos?

Me gustaría contribuir de algún modo a divulgar la existencia de la profesión y la necesidad urgente de personas emprendedoras y empresas de dejar su nombre en manos de profesionales, pero aún estoy pensando en qué formato hacerlo.

Pero EL PROYECTO, en mayúsculas, no es otro que hacer más y más nombres. Sí que me haría especial ilusión nombrar un vino o un perfume, es una fijación que tengo.

¿De qué te sientes más orgullosa?

Pues de haber hecho esta arriesgada apuesta por mí misma, sabiendo como sabía a priori que era bastante suicida. De haber sido paciente y asumir que los inicios iban a ser duros. De que en el momento actual, colegas de profesión y del branding en general confíen en mí y me deriven proyectos o propongan colaboraciones, con lo que no me falta trabajo y el flujo de presupuestos solicitados es constante.

Así que sí, orgullosa de poder contemplar una no-jubilación armada de cuaderno y Pilot. Combinando 27 letras para comer y 12 notas para vivir.

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