¿Eres empresaria o "em-precaria"? Me gusta este juego de palabras porque enfrenta dos realidades que teóricamente están alejadas: ser empresaria y la propia precariedad. Evita la autoexploración laboral: trabajar sin parar, estar disponible 24 horas por día, siete días por semana, que no te puedas reservar ni un rato para comer, sueldo bajo, que no te paguen a tiempo… ¿Cuánto aguantarías en una empresa así? ¿Qué pensarías de la gerencia de esa empresa? Entonces, si has decidido adentrarte en el camino del emprendimiento de mujeres, ¿por qué te impones las peores condiciones laborales?
Algunos consejos para el emprendimiento de mujeres, y conseguir no caer en el "emprecariado":
- Visión. Estrategia. Propósito. Ponerte una dirección a seguir: en euskara dirección se dice "norabidea". Nora-bidea = el camino-adónde. Si no sabes hacia donde vas, cualquier camino te lleva, y en seguida las demandas de otras personas te despistan de lo que quieres. Dicho de otra forma: conecta contigo misma para saber lo que quieres, por qué estás en esto. Una guía, una luz, un faro, una dirección que te ayuda a seguir adelante porque hay un "delante". Y si hay marejada y pierdes la dirección, puedes volver a retomarla. No hablo de un destino al que llegar, sino un rumbo hacia el que ir.
- Creencias limitantes sobre el dinero. Esa creencia sobre el dinero como algo limitado, incluso malo. "La gente con dinero es…" "Para conseguir dinero…". ¿Y si revisamos esos conceptos que limitan el éxito? ¿Y si hay abundancia ilimitada? Una vez tomas conciencia de estas creencias puedes iniciar el camino: posicionar tu producto/servicio como te mereces. Y dejar de caer en "colaboraciones" que implican "trabaja para mí gratis".
- Actuar desde la intuición y pensando en la dirección que sigo frente actuar desde el miedo. Define Olga Castanyer, en el libro Asertividad, expresión de una sana autoestima: "la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sentimientos y opiniones, sin dejarse manipular y sin manipular". Es fundamental sentirse a la misma altura y, por tanto, actuar confiando en el propio criterio. Así se evita la tentación de dejarse llevar por las necesidades de las demás personas por sentir que sus prioridades son más relevantes que las tuyas. Un territorio común en el emprendimiento de las mujeres.
- Sentirte bien frente a sentirte culpable diciendo NO. La vida es un montón de estímulos entre los cuales hay cosas que vienen tal cual, no se pueden elegir, y otras que sí. Y cuando eliges, puedes elegir. Eso más que generar culpa nos ha de liberar. Pero es cierto que muchas veces, cuando decimos no a alguien, sentimos una especie de culpa que no es sana. Para ser empresaria y no "emprecaria", hay que pensar que digo que no a esto, pero digo sí a mi rumbo. (Volvemos al punto 1).
- ¿Te cuidas o te autoexplotas? Si el principal activo de tu empresa eres tú… ¿Por qué descuidas las tareas de reparación, cuidado y mantenimiento? A las mujeres se nos viene asignando (por los mandatos de género) las tareas de cuidado. Y eso hace que podamos caer en descuidar nuestras necesidades. Recupera el foco, céntrate en lo que necesitas tú. Es importante para conservar tu bienestar.
- Haz caso de tus propios consejos. Ese consejo que darías a una persona de confianza, ¿te lo estás aplicando?.
En tu empresa mandas tú, ¿verdad? Sé contigo la jefa que te gustaría tener. Empática con tus necesidades, que te valora, te cuida, tiene claro lo que quiere, pero te deja libertad para hacerlo como tú quieras. Si trabajas sola, piensa en equipo: la gerente, la persona que lleva a cabo el trabajo, la comercial, la responsable de redes sociales y comunicación, la financiera… así puedes ponerte en el rol que necesites cada vez. Y te evitas caer en el "emprecariado" porque siempre tendrás cerca a tú yo Empresaria.
Y tú, ¿eres empresaria o "emprecaria"?
Autora: Miren Lauzirika